Escrito por: casajuntoalrio el 02 Abr 2011
Hay noticias que hacen reir. En el fondo y en la forma. Para Álvaro de Còzar los tuaregs que han acudido a ayudar a Gadafi, son unos tipos en chándal que se acaban todos los cruasanes y se ponen hasta arriba de cuscús.Si no deambulan por el vestíbulo del hotel Corinthya están sentados en sillones o en el restaurante. También los ha retratado en el spa y alucinando con la llave magnética. Supongo que quiere que los lectores piensen que son unos inútiles , disolutos y que no pueden ayudar en nada porke son catetos de pueblo (el desierto) y están demasiado ocupados en el buffet del hotel.
Al abrigo de la falsa información que ELPaís en todas sus versiones ofrece sobre Libia (y sobre casi todo)no es de extrañar que surjan corresponsales que pretendiendo ayudar acaben convirtiendo sus crónicas en el número de un payaso.
Como desagravio a los hombres azules y en contraposición a la necedad interesada e ignorante de los corresponsales de este diario , hago este mix de viejos archivos del fondo de la casa junto al rio.
Ninguna guerra en ningún lugar. Que ningún tuareg tenga que empuñar nigún arma.
casajuntoalrio
La guerra del uranio en Níger -TUAREGS AMENAZADOS |
Níger es el tercer exportador mundial de uranio. Su producción anual, evaluada en 3.300 toneladas, representa el 48% de sus ingresos de exportación. En 2003, después de veinte años de bajadas, los cursos del uranio reaparecen al alza: el crecimiento de la demanda mundial de electricidad y la lógica de reducción de las emisiones de gas invernadero auguran un hermoso futuro a la nuclearización civil . Con el horizonte de 2030, la Agencia internacional de la energía atómica (OIEA) prevé un aumento, como mínimo, del 20% de la potencia nuclear instalada en el mundo (el 83%, según las previsiones más optimistas). Según la World Nuclear Asociación (WNA), además de los treinta y cuatro reactores electronucleares que se están construyendo, están previstos otros noventa y tres, principalmente en China, India, Japón y Rusia. Las necesidades crecientes de combustible nuclear, así como la perspectiva del agotamiento de sus recursos denominados «secundarios» (especialmente el uranio militar reconvertido), reactivan la prospección y la extracción minera del uranio natural.
Rico en uranio, Níger también es uno de los países más pobres del mundo (está en el puesto número ciento setenta y cuatro sobre ciento setenta y siete en la escala del desarrollo humano) y regularmente tiene que enfrentarse a graves crisis alimentarias. Niamey presenta el renovado interés por el combustible nuclear como un activo sin precedentes en la «batalla del desarrollo económico y social» .
Para aumentar los ingresos mineros de Níger, el presidente Mamadou Tandja diversificó los socios. El uranio se explota por dos sociedades franconigerianas, de las que Areva NC 4) es accionista mayoritaria: Société des mines de l’Air (Somair) el 63,4%, y la Compagnie minière d’Akouta (Cominak) el 34%. El 26 de junio y el 25 de julio de 2007, el responsable de la seguridad del gigante francés de la energía, el coronel Gilles de Namur, y después el director local del grupo, Dominique Pin, fueron expulsados, acusados de apoyar al MNJ . No obstante, las relaciones entre París y Niamey se normalizaron en enero de 2008, cuando el gobierno nigerino confirmó los derechos de explotación de Areva sobre el gigantesco yacimiento de Imouraren, llamado a convertirse en una de las mayores minas de uranio del mundo. A cambio, el precio de compra pagado por Areva subió un 50%.
Pero aunque la presencia de Areva en Níger no se cuestiona, Niamey ya comercializa una parte de la producción directamente en el mercado (trescientas toneladas en 2007), y el monopolio francés de la extracción del uranio se ha acabado en Níger. En noviembre de 2007 Sino-Uranium, filial de la empresa pública China National Nuclear Corporation (CNNC), que explora desde 2006 la importante concesión de Tegguida, obtuvo el permiso de explotación del yacimiento de Azelik. Además, se asignaron algunos permisos de investigación a una veintena de sociedades «jóvenes» canadienses, australianas, sudafricanas, indias y británicas.
Rico en uranio, Níger también es uno de los países más pobres del mundo (está en el puesto número ciento setenta y cuatro sobre ciento setenta y siete en la escala del desarrollo humano) y regularmente tiene que enfrentarse a graves crisis alimentarias. Niamey presenta el renovado interés por el combustible nuclear como un activo sin precedentes en la «batalla del desarrollo económico y social» .
Para aumentar los ingresos mineros de Níger, el presidente Mamadou Tandja diversificó los socios. El uranio se explota por dos sociedades franconigerianas, de las que Areva NC 4) es accionista mayoritaria: Société des mines de l’Air (Somair) el 63,4%, y la Compagnie minière d’Akouta (Cominak) el 34%. El 26 de junio y el 25 de julio de 2007, el responsable de la seguridad del gigante francés de la energía, el coronel Gilles de Namur, y después el director local del grupo, Dominique Pin, fueron expulsados, acusados de apoyar al MNJ . No obstante, las relaciones entre París y Niamey se normalizaron en enero de 2008, cuando el gobierno nigerino confirmó los derechos de explotación de Areva sobre el gigantesco yacimiento de Imouraren, llamado a convertirse en una de las mayores minas de uranio del mundo. A cambio, el precio de compra pagado por Areva subió un 50%.
Pero aunque la presencia de Areva en Níger no se cuestiona, Niamey ya comercializa una parte de la producción directamente en el mercado (trescientas toneladas en 2007), y el monopolio francés de la extracción del uranio se ha acabado en Níger. En noviembre de 2007 Sino-Uranium, filial de la empresa pública China National Nuclear Corporation (CNNC), que explora desde 2006 la importante concesión de Tegguida, obtuvo el permiso de explotación del yacimiento de Azelik. Además, se asignaron algunos permisos de investigación a una veintena de sociedades «jóvenes» canadienses, australianas, sudafricanas, indias y británicas.
Las concesiones menores (acordadas o en negociación) se extienden sobre unos noventa mil kilómetros cuadrados del borde occidental del macizo de l’Air (región de Agadez), territorio situado entre la frontera argelina y el acantilado de Tiguidit. No se realizó ninguna consulta en las poblaciones del norte (al menos trescientas mil personas, principalmente tuaregs) cuyas tierras ancestrales se concedieron a las compañías. Se conminó a los habitantes de la zona de Tegguidda Tessoum (oeste de Agadez) para que evacuaran la zona (alrededor de dos mil quinientos kilómetros cuadrados) concedida a Sino-Uranium. Niger Uranio Limited, que empezó la prospección en Ingal e Ighazer, prohibió a los ganaderos la utilización de pozos pastorales. En los alrededores de Imouraren, las actividades de prospección de Areva hacen que el ganado huya y convierten la ganadería en una actividad imposible.
Los empleos tradicionales de las poblaciones -explotación artesanal de sal, agricultura en los oasis y sobre todo la ganadería trashumante- así como el complejo equilibrio organizativo, están seriamente amenazados. La futura zona minera cubre las principales superficies de la ganadería nómada, con los ricos pastos del llano de Ighazer , lugar de la «cura salada» donde se citan anualmente decenas de miles de ganaderos, que permiten garantizar a los rebaños el aporte de minerales.
Residuos radiactivos almacenados al aire libre
Además, la puesta en producción de los nuevos sitios, prevista hacia 2010 (Azelik) y 2012 (Imouraren), hace que se redoblen los temores levantados por el primer examen de la situación radiológica y sanitaria de las dos ciudades mineras existentes, Arlit y Akokan. Este estudio se elaboró entre 2003 y 2005, a petición de la asociación local Aghir In Man, por la Comisión de investigación e información independiente sobre la radiactividad (Criirad) y la organización no gubernamental de juristas Sherpa .
Además, la puesta en producción de los nuevos sitios, prevista hacia 2010 (Azelik) y 2012 (Imouraren), hace que se redoblen los temores levantados por el primer examen de la situación radiológica y sanitaria de las dos ciudades mineras existentes, Arlit y Akokan. Este estudio se elaboró entre 2003 y 2005, a petición de la asociación local Aghir In Man, por la Comisión de investigación e información independiente sobre la radiactividad (Criirad) y la organización no gubernamental de juristas Sherpa .
Según el Criirad, el agua distribuida a la población (más de mil habitantes) presenta niveles de radiactividad que sobrepasan los topes de las normas internacionales de potabilidad. Los residuos radiactivos se almacenan al aire libre desde hace varios decenios. Las chatarras que resultan del trabajo de las máquinas se venden en los mercados, la población las recicla y las utiliza como materiales de construcción o para hacer utensilios de cocina. En mayo de 2007, el Criirad indicó a la dirección de Areva y al Centro nacional de radioprotección de Níger la presencia de residuos de la extracción en el ámbito público, así como niveles de radiación gamma hasta cien veces superiores a lo normal. En ausencia de un auténtico peritaje científico, los riesgos para la salud son difíciles de evaluar a largo plazo . Sin embargo, el Sherpa destaca la multiplicación de casos graves de enfermedades respiratorias y pulmonares, que se habrían ocultado sistemáticamente a los pacientes por los dos hospitales construidos y administrados por Somair y Cominak. Ambas sociedades mineras son el segundo patrono del país después del Estado y sus enormes necesidades de suministro benefician a un gran número de empresas. No obstante, operan esencialmente en el sur (Haoussas y Djermas), zonas más preparadas y mejor representadas en las esferas administrativas y políticas, que influyen en los puestos clave y se benefician de los principales contratos. La población local tuareg, poco escolarizada y que vive de manera tradicional, permanece al margen de la economía de las ciudades mineras.
Original en francés y completo en: http://www.temoust.org/spip.
Anna Bednik es periodista de Le Monde Diplomatique.
Traducido por Caty R.
Caty R. pertenece a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, a la traductora y la fuente.
Caty R. pertenece a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, a la traductora y la fuente.
Tuareg Music (Niger)
Privados de derechos y empobrecidos, los tuareg son acusados de ser aliados de Al-Qaida
¿Están aliados los tuareg del Sahara, como ahora insinúan muchas informaciones en los medios, aliados con al-Qaida en el Magreb Islámico (AQIM)? Esta pregunta se ha hecho especialmente pertinente desde el secuestro de siete empleados de dos compañías francesas desde sus alojamientos en Arlit, en el norte de Níger, en septiembre.Los informes inmediatos sobre la toma de rehenes, por la que AQIM ha reivindicado la responsabilidad, dijeron que se oyó a los secuestradores hablando en árabe y tamasheq, el lenguaje de los tuareg. Esta información pareció ser contradicha subsiguientemente por un guardia tuareg quien, después de haber sido atacado personalmente por los atacantes, informó haberlos oído hablar en árabe y hausa. No mencionó el tamasheq, pero su evidencia parece haber sido ignorada por la suposición de que sería poco probable que incriminara a su propia gente.
Cientos, posiblemente miles, de artículos y emisiones en los medios han seguido las indicaciones dadas por el gobierno de Níger, Amadou Toumani Touré (ATT), presidente de Mali, Bernard Kouchner, ministro de exteriores francés, y Brice Hortefeux, ministro francés del interior, cuyas declaraciones sugirieron que AQIM ‘subcontrató’ el secuestro a los tuareg.
Centro de atención de los medios
Los tuareg son la población indígena de gran parte del Sahara Central y del Sáhel.
Actualmente, se concentran sobre todo en el norte de Níger y el norte de Mali donde representan aproximadamente un 10% de las poblaciones nacionales, con aproximadamente un millón en Níger y tal vez algo menos en Mali.
Otras poblaciones tuareg existen en el sur de Argelia y el sudoeste de Libia, donde representan pequeñas minorías de unos 50.000 o menos en cada país, con tal vez 25.000 en Burkina Faso y unos pocos en Mauritania.
AQIM se ha arraigado en las principales comunidades, sobre todo en el norte de Mali y en menos cantidad en Níger.
Los siguientes puntos ayudan a responder la pregunta:
De hecho, la realidad de la GWOT en Sahara-Sáhel no ha tenido que ver con la lucha contra ‘terroristas’, sino sobre cómo los gobiernos locales, vinculados a la GWOT a través de las iniciativas Pan Sáhel (PSI) y Trans-Sahara de Contraterrorismo de 2004 y 2005 respectivamente, han estado provocando a los tuareg para que tomen las armas a fin de poder categorizarlos como ‘terroristas’ o, como argumentó de modo bastante extraño un analista del Departamento de Estado de EE.UU. en el contexto de un supuesto vínculo entre el terrorismo y tráfico, ‘terroristas putativos’.
Lo que los tuareg han tenido que sufrir en la así llamada GWOT es chocante y vergonzoso. Resumo:
El secuestro de 32 rehenes europeos en el Sahara argelino en 2003, bajo la dirección del servicio de inteligencia y seguridad de Argelia, la DRS, llevó al colapso inmediato de uno de los principales pilares de la economía tuareg en el sur de Argelia. La pérdida de unos 10.000 turistas solo en el sur de Argelia, que gastaban aproximadamente 750 dólares cada uno, significó una pérdida anual de unos 7,5 millones de dólares, que en su mayor parte ingresaban a la comunidad tuareg local.
Muchos de esos tuareg, bajo la presión de la miseria, se vieron obligados a participar en actividades tenebrosas y a veces hasta ‘criminales’, como ser el trabajo para varios negocios de narcotráfico trans-Sahara, o como proveedores de carburante, conductores o guías.
A partir de 2004, los gobiernos de Argelia, Níger, Mali y Mauritania utilizaron todos el pretexto de la GWOT para tomar medidas contra la oposición legítima, la sociedad civil y minorías étnicas ‘molestosas’ como los tuareg. Las comunidades tuareg en toda la región fueron constantemente provocadas por sus gobiernos para adoptar una conducta rebelde, con el propósito de demostrar a Washington la amenaza potencial del terrorismo dentro de la región Sahara-Sáhel. El beneficio para los gobiernos locales fueron las dádivas financieras y militares que llegan con la bendición de Washington.
‘Explosión de cólera’
El plan estadounidense-argelino de crear incidentes de terrorismo de ‘bandera falsa’ en la región de Sahara-Sáhel fue formulado en septiembre de 2002, y el primer esfuerzo (frustrado) de secuestrar a turistas europeos tuvo lugar en octubre de ese año. Los tuareg en la región sabían del incidente y el mes siguiente escribieron al primer ministro argelino acusando al gobierno de ‘sabotaje’. Los mismos tuareg, en nombre de los ‘ciudadanos de Tamanrasset', ya habían escrito a Abdelaziz Bouteflika, el presidente argelino, advirtiéndole que a menos que el gobierno cesara su acoso de la gente del lugar “es probable que hubiera una explosión de cólera local, cuyo efecto es imprevisible”.
En julio de 2005, esa cólera estalló en dos días de disturbios durante los cuales fueron incendiados unos 40 edificios comerciales y gubernamentales de Tamanrasset. Unos 150 jóvenes tuareg fueron detenidos, 64 de ellos encarcelados y el resto multados. Cuando sus casos finalmente llegaron ante la justicia, se reveló que los disturbios habían sido dirigidos por la policía secreta, que actuó como agentes provocadores. Un destacado ciudadano local expresó los puntos de vista de muchos cuando dijo: “Ahora, cuando ellos [las autoridades argelinas] cuentan con el apoyo de los estadounidenses, se han convertido en matones aún peores”.
En 2004, cuatro semanas antes de la llegada de fuerzas especiales estadounidenses de PSI al Sáhel, el gobierno de Níger provocó a los tuareg para que tomaran las armas al encarcelar a un destacado político tuareg sobre la base de acusaciones falsas de asesinato. Fue liberado después de 13 meses sin haber sido acusado.
En mayo de 2006, la DRS de Argelia, acompañada por unos 100 miembros de las fuerzas especiales de EE.UU., apoyó y orquestó una rebelión tuareg en el norte de Mali. Cuatro meses después, la DRS, con la complicidad de EE.UU., pagó a los mismos tuareg sumas considerables de dinero para que atacaran al conocido ‘forajido’ argelino Mokhtar ben Mokhtar en el norte de Mali a fin de dar la impresión al mundo exterior de que realmente había ‘terrorismo’ en el Sahara. Por lo menos cinco tuareg fueron muertos.
A principios de 2007, un importante levantamiento tuareg, de nuevo provocado por el gobierno de Níger, aunque se cree que la DRS de Argelia estuvo involucrada, estalló en el norte de Níger y duró casi tres años. Como en Mali, donde una rebelión igualmente prolongada comenzó unos pocos meses después, se sigue esperando un acuerdo concluyente de paz.
Privados de derechos
La causa principal de la rebelión de Níger fue la demanda de los tuareg de obtener una parte en los beneficios de la explotación y desarrollo de los recursos naturales de su región, notablemente las masivas operaciones de minería de uranio emprendidas por compañías internacionales.
En Mali, la causa subyacente de la rebelión fue la privación de derechos y la marginación de los tuareg y el hecho de que el gobierno no cumpla los compromisos de un acuerdo de paz después de una rebelión anterior durante los años noventa.
En ambos países, los combates fueron atroces, especialmente en Níger donde el régimen del ahora depuesto presidente Mamadou Tandja adoptó la estrategia genocida de atacar y matar a civiles tuareg, especialmente ancianos, mujeres y niños. La ONU no acusó recepción de la notificación por escrito del genocidio de Níger, y menos aún actuó al respecto, mientras el enviado especial del secretario general vergonzosamente ni siquiera estableció un contacto significativo con los rebeldes antes de ser tomado como rehén por AQIM.
En febrero de 2008, fuerzas malíes recorrieron la región noreste de Mali, saqueando la ciudad guarnición fronteriza de Tin Zaouatene y expulsando a toda la población civil hacia el desierto. Aunque no se informó de muertes, la acción provocó ataques de rebeldes tuareg en venganza contra el ejército malí y una escalada del conflicto en general.
La cantidad de tuareg muertos en estos incidentes y otros relacionados no es conocida con precisión, pero puede ser estimada en unos 500.
La base de su economía y subsistencia, el turismo, reducido a casi cero en el sur de Argelia después de las tomas de rehenes del año 2003, ha seguido el mismo camino, pero en cifras superiores, en Níger y Mali. Recientemente, Point Afrique, el mayor operador de vuelos chárter a la región, limitó los vuelos a Tamanrasset, Djanet y Timimoun en el sur de Argelia; Agades en Níger; Atar en Mauritania y Gao en Mali. Se estima que las cifras de turistas en la región han caído de unos 100.000 al año a casi cero, con una pérdida estimada de tal vez entre 50 y 75 millones de dólares.
Con la matanza de ganado tuareg por el ejército de Níger y la restricción del movimiento nómada por AQIM, la actividad de los pastores, junto con otras actividades comerciales (fuera del bandidismo y el narcotráfico), también ha sido diezmada. No es sorprendente que la mayoría de las ONG hayan abandonado también la región.
‘Zona de terror’
Dos nuevos conjuntos de mapas de Sahara-Sáhel resumen la cólera de los tuareg contra sus propios gobiernos, Washington y las compañías mineras y petroleras extranjeras:
Uno, producido por el Pentágono en 2003, inmediatamente después de haber fabricado su nuevo frente Sahara-Sáhel en la GWOT muestra el dominio tuareg como una ‘zona de terror’.
El segundo, producido por los gobiernos de la región, muestra el mismo dominio tuareg como una chapa damero de concesiones de prospección minera y petrolera licenciada a cientos de compañías petroleras y mineras extranjeras.
El primer mapa refleja la profecía que se auto realiza de Washington. El acto original estadounidense de ‘terrorismo de Estado’ en Sahara-Sáhel, implementado por la DRS de Argelia, está cobrando una vida y ritmo propio, y amenaza con cambiar para siempre la cara del noroeste de África.
El segundo refleja cómo los tuareg están siendo desposeídos de sus tierras sin una palabra de consulta y en contravención de un cúmulo de convenciones y protocolos internacionales relacionados con los derechos de los pueblos indígenas.
Marginados por sus gobiernos; ignorados por la comunidad internacional y privados por la GWOT de sus subsistencias, pero siendo todavía expertos combatientes, la pregunta que ahora se formula es si los tuareg, especialmente en Mali, donde la presencia de AQIM es mayor, intentarán tomar las cosas en sus propias manos.
,…………
Jeremy Keenan es asociado profesoral de investigación en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos, en la Universidad de Londres, y autor de The Dark Sahara: America's War on Terror in Africa.
Fuente: http://english.aljazeera.net/ indepth/briefings/2010/11/ 201011112161535322.html
http://lacomunidad.elpais.com/ casajuntoalrio/2011/4/2/libia- tuaregs-mentiras-y- corresponsales-elpais
Cientos, posiblemente miles, de artículos y emisiones en los medios han seguido las indicaciones dadas por el gobierno de Níger, Amadou Toumani Touré (ATT), presidente de Mali, Bernard Kouchner, ministro de exteriores francés, y Brice Hortefeux, ministro francés del interior, cuyas declaraciones sugirieron que AQIM ‘subcontrató’ el secuestro a los tuareg.
Centro de atención de los medios
Los tuareg son la población indígena de gran parte del Sahara Central y del Sáhel.
Actualmente, se concentran sobre todo en el norte de Níger y el norte de Mali donde representan aproximadamente un 10% de las poblaciones nacionales, con aproximadamente un millón en Níger y tal vez algo menos en Mali.
Otras poblaciones tuareg existen en el sur de Argelia y el sudoeste de Libia, donde representan pequeñas minorías de unos 50.000 o menos en cada país, con tal vez 25.000 en Burkina Faso y unos pocos en Mauritania.
AQIM se ha arraigado en las principales comunidades, sobre todo en el norte de Mali y en menos cantidad en Níger.
Los siguientes puntos ayudan a responder la pregunta:
- Aunque AQIM ha reivindicado la responsabilidad por el secuestro en Arlit, todavía no sabemos con seguridad qué individuos participaron en la incursión. Es posible o no que tuareg individuales hayan estado involucrados.
- Aunque las ‘comunidades’ tuareg han negado siempre su participación en semejantes actividades criminales, la mayoría de sus dirigentes y portavoces reconocen que hay ‘ovejas negras’ en todos los pueblos. Entre los tuareg, especialmente en Níger y Mali, donde las recientes rebeliones tuareg (2007-2009) han sido interrumpidas por estados de ‘paz’ insatisfactorios y tal vez sólo temporales, una cantidad apreciable de jóvenes combatientes ‘ex rebeldes’ se han convertido al bandidismo y la ‘criminalidad’ como medio para su supervivencia económica. Parte de este ‘oportunismo’ está indudablemente asociado con actividades de AQIM. Por cierto, muchos de los jóvenes ex rebeldes de Níger que se han dedicado al bandidismo viven ahora dentro y alrededor de Tamanrasset, la capital del extremo sur de Argelia, y por lo tanto podrían dar por sentado que su bandidismo en el norte de Níger es consentido por el Estado argelino.
- Como Nicolas Roux señaló recientemente al discutir este tema en People with Voices: “Si un ciudadano francés estuviera involucrado en una organización terrorista, nadie diría que ‘los franceses forman parte de tales actividades”.
- De la misma manera, Boutali Tchewiren, presidente de la Asociación Alhak-Nakal
- (Derecho a la Tierra) y ex portavoz del MNJ (Movimiento de los Nigerinos por la Justicia) rebelde de los tuareg, respondió de inmediato a los comentarios acusatorios de Niamey y París. “Sólo porque algunos de los secuestradores hablaban Tamasheq, no se debiera acusar a toda la comunidad tuareg,” dijo a AFP. Tchewiren también refutó a Kouchner, quien dijo que: “Los que se apoderaron de esos hombres y mujeres podrían ser tuaregs que trabajaban a pedido. Los venderán a los terroristas, quienes en sí no son muy numerosos.” “Esa”, dijo Tchewiren, “es una acusación seria. Es demasiado burdo y ridículo acusar de esta manera al pueblo tuareg. La comunidad tuareg no es responsable por las acciones de unos pocos individuos, incluso si son miembros de esta comunidad.”
- Objeciones similares vinieron de los tuareg de Mali. El 20 de septiembre, dos parlamentarios de Mali, Alghabasse Ag Intalla y Bajan Ag Hamatou, ambos representantes de la comunidad tuareg enviaron una protesta en términos enérgicos al embajador francés en Mali sobre la forma en la cual se estaba estigmatizando a los tuareg. Escribieron: “Usted sabe, excelencia, que no ha habido un solo día, desde hace un cierto tiempo, en el que ‘los tuareg’ no han sido colocados en el centro de la atención por un artículo de prensa, radio u otra forma de comunicación respecto a su supuesta participación en esta o aquella infamia perpetrada en su región.”
- El sentido de lo que quiero decir va mucho más allá de la simple cuestión de si algunos tuareg han estado implicados en el atraco de Arlit. Va dirigido a la situación general de los tuareg desde 2003, cuando los estadounidenses lanzaron el nuevo frente Sahara-Sáhel en la así llamada ‘guerra global contra el terror’ (GWOT, por sus siglas en inglés).
- A menudo se argumenta que los movimientos islamistas extremistas encuentran apoyo no sólo entre ideólogos sino también –mediante su promesa de una mejor ‘alternativa social’– entre los socialmente menesterosos, reprimidos y marginados. En Sahara-Sáhel, especialmente desde 2003, esto se refiere a los tuareg. Por cierto, el impacto de la GWOT sobre los pueblos tuareg ha sido equivalente a una catástrofe.
De hecho, la realidad de la GWOT en Sahara-Sáhel no ha tenido que ver con la lucha contra ‘terroristas’, sino sobre cómo los gobiernos locales, vinculados a la GWOT a través de las iniciativas Pan Sáhel (PSI) y Trans-Sahara de Contraterrorismo de 2004 y 2005 respectivamente, han estado provocando a los tuareg para que tomen las armas a fin de poder categorizarlos como ‘terroristas’ o, como argumentó de modo bastante extraño un analista del Departamento de Estado de EE.UU. en el contexto de un supuesto vínculo entre el terrorismo y tráfico, ‘terroristas putativos’.
Lo que los tuareg han tenido que sufrir en la así llamada GWOT es chocante y vergonzoso. Resumo:
El secuestro de 32 rehenes europeos en el Sahara argelino en 2003, bajo la dirección del servicio de inteligencia y seguridad de Argelia, la DRS, llevó al colapso inmediato de uno de los principales pilares de la economía tuareg en el sur de Argelia. La pérdida de unos 10.000 turistas solo en el sur de Argelia, que gastaban aproximadamente 750 dólares cada uno, significó una pérdida anual de unos 7,5 millones de dólares, que en su mayor parte ingresaban a la comunidad tuareg local.
Muchos de esos tuareg, bajo la presión de la miseria, se vieron obligados a participar en actividades tenebrosas y a veces hasta ‘criminales’, como ser el trabajo para varios negocios de narcotráfico trans-Sahara, o como proveedores de carburante, conductores o guías.
A partir de 2004, los gobiernos de Argelia, Níger, Mali y Mauritania utilizaron todos el pretexto de la GWOT para tomar medidas contra la oposición legítima, la sociedad civil y minorías étnicas ‘molestosas’ como los tuareg. Las comunidades tuareg en toda la región fueron constantemente provocadas por sus gobiernos para adoptar una conducta rebelde, con el propósito de demostrar a Washington la amenaza potencial del terrorismo dentro de la región Sahara-Sáhel. El beneficio para los gobiernos locales fueron las dádivas financieras y militares que llegan con la bendición de Washington.
‘Explosión de cólera’
El plan estadounidense-argelino de crear incidentes de terrorismo de ‘bandera falsa’ en la región de Sahara-Sáhel fue formulado en septiembre de 2002, y el primer esfuerzo (frustrado) de secuestrar a turistas europeos tuvo lugar en octubre de ese año. Los tuareg en la región sabían del incidente y el mes siguiente escribieron al primer ministro argelino acusando al gobierno de ‘sabotaje’. Los mismos tuareg, en nombre de los ‘ciudadanos de Tamanrasset', ya habían escrito a Abdelaziz Bouteflika, el presidente argelino, advirtiéndole que a menos que el gobierno cesara su acoso de la gente del lugar “es probable que hubiera una explosión de cólera local, cuyo efecto es imprevisible”.
En julio de 2005, esa cólera estalló en dos días de disturbios durante los cuales fueron incendiados unos 40 edificios comerciales y gubernamentales de Tamanrasset. Unos 150 jóvenes tuareg fueron detenidos, 64 de ellos encarcelados y el resto multados. Cuando sus casos finalmente llegaron ante la justicia, se reveló que los disturbios habían sido dirigidos por la policía secreta, que actuó como agentes provocadores. Un destacado ciudadano local expresó los puntos de vista de muchos cuando dijo: “Ahora, cuando ellos [las autoridades argelinas] cuentan con el apoyo de los estadounidenses, se han convertido en matones aún peores”.
En 2004, cuatro semanas antes de la llegada de fuerzas especiales estadounidenses de PSI al Sáhel, el gobierno de Níger provocó a los tuareg para que tomaran las armas al encarcelar a un destacado político tuareg sobre la base de acusaciones falsas de asesinato. Fue liberado después de 13 meses sin haber sido acusado.
En mayo de 2006, la DRS de Argelia, acompañada por unos 100 miembros de las fuerzas especiales de EE.UU., apoyó y orquestó una rebelión tuareg en el norte de Mali. Cuatro meses después, la DRS, con la complicidad de EE.UU., pagó a los mismos tuareg sumas considerables de dinero para que atacaran al conocido ‘forajido’ argelino Mokhtar ben Mokhtar en el norte de Mali a fin de dar la impresión al mundo exterior de que realmente había ‘terrorismo’ en el Sahara. Por lo menos cinco tuareg fueron muertos.
A principios de 2007, un importante levantamiento tuareg, de nuevo provocado por el gobierno de Níger, aunque se cree que la DRS de Argelia estuvo involucrada, estalló en el norte de Níger y duró casi tres años. Como en Mali, donde una rebelión igualmente prolongada comenzó unos pocos meses después, se sigue esperando un acuerdo concluyente de paz.
Privados de derechos
La causa principal de la rebelión de Níger fue la demanda de los tuareg de obtener una parte en los beneficios de la explotación y desarrollo de los recursos naturales de su región, notablemente las masivas operaciones de minería de uranio emprendidas por compañías internacionales.
En Mali, la causa subyacente de la rebelión fue la privación de derechos y la marginación de los tuareg y el hecho de que el gobierno no cumpla los compromisos de un acuerdo de paz después de una rebelión anterior durante los años noventa.
En ambos países, los combates fueron atroces, especialmente en Níger donde el régimen del ahora depuesto presidente Mamadou Tandja adoptó la estrategia genocida de atacar y matar a civiles tuareg, especialmente ancianos, mujeres y niños. La ONU no acusó recepción de la notificación por escrito del genocidio de Níger, y menos aún actuó al respecto, mientras el enviado especial del secretario general vergonzosamente ni siquiera estableció un contacto significativo con los rebeldes antes de ser tomado como rehén por AQIM.
En febrero de 2008, fuerzas malíes recorrieron la región noreste de Mali, saqueando la ciudad guarnición fronteriza de Tin Zaouatene y expulsando a toda la población civil hacia el desierto. Aunque no se informó de muertes, la acción provocó ataques de rebeldes tuareg en venganza contra el ejército malí y una escalada del conflicto en general.
La cantidad de tuareg muertos en estos incidentes y otros relacionados no es conocida con precisión, pero puede ser estimada en unos 500.
La base de su economía y subsistencia, el turismo, reducido a casi cero en el sur de Argelia después de las tomas de rehenes del año 2003, ha seguido el mismo camino, pero en cifras superiores, en Níger y Mali. Recientemente, Point Afrique, el mayor operador de vuelos chárter a la región, limitó los vuelos a Tamanrasset, Djanet y Timimoun en el sur de Argelia; Agades en Níger; Atar en Mauritania y Gao en Mali. Se estima que las cifras de turistas en la región han caído de unos 100.000 al año a casi cero, con una pérdida estimada de tal vez entre 50 y 75 millones de dólares.
Con la matanza de ganado tuareg por el ejército de Níger y la restricción del movimiento nómada por AQIM, la actividad de los pastores, junto con otras actividades comerciales (fuera del bandidismo y el narcotráfico), también ha sido diezmada. No es sorprendente que la mayoría de las ONG hayan abandonado también la región.
‘Zona de terror’
Dos nuevos conjuntos de mapas de Sahara-Sáhel resumen la cólera de los tuareg contra sus propios gobiernos, Washington y las compañías mineras y petroleras extranjeras:
Uno, producido por el Pentágono en 2003, inmediatamente después de haber fabricado su nuevo frente Sahara-Sáhel en la GWOT muestra el dominio tuareg como una ‘zona de terror’.
El segundo, producido por los gobiernos de la región, muestra el mismo dominio tuareg como una chapa damero de concesiones de prospección minera y petrolera licenciada a cientos de compañías petroleras y mineras extranjeras.
El primer mapa refleja la profecía que se auto realiza de Washington. El acto original estadounidense de ‘terrorismo de Estado’ en Sahara-Sáhel, implementado por la DRS de Argelia, está cobrando una vida y ritmo propio, y amenaza con cambiar para siempre la cara del noroeste de África.
El segundo refleja cómo los tuareg están siendo desposeídos de sus tierras sin una palabra de consulta y en contravención de un cúmulo de convenciones y protocolos internacionales relacionados con los derechos de los pueblos indígenas.
Marginados por sus gobiernos; ignorados por la comunidad internacional y privados por la GWOT de sus subsistencias, pero siendo todavía expertos combatientes, la pregunta que ahora se formula es si los tuareg, especialmente en Mali, donde la presencia de AQIM es mayor, intentarán tomar las cosas en sus propias manos.
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Jeremy Keenan es asociado profesoral de investigación en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos, en la Universidad de Londres, y autor de The Dark Sahara: America's War on Terror in Africa.
Privados de derechos y empobrecidos, los tuareg son acusados de ser aliados de Al-Qaida
Las tribulaciones de los tuareg
Al Jazeera
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens |
http://lacomunidad.elpais.com/
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