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Radio Mundo Real y Biodiversidad, sustento y culturas
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«Es muy importante que haya una reacción muy fuerte de los movimientos y las organizaciones en todo el mundo frente a este intento de la FAO de legitimar los transgénicos como una opción viable para los países del tercer mundo», dice Silvia Ribeiro, investigadora del Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración (Grupo ETC) en México y miembro del Comité Editorial de la revista Biodiversidad, sustento y culturas.
La rápida reacción social surge ante la realización en la ciudad mexicana de Guadalajara de la Conferencia sobre Biotecnologías Agrícolas en los países en Desarrollo (ABCD-10) ―a efectuarse del 1 al 4 de marzo―, la que promovida por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), se sospecha, atenderá los intereses de las empresas transnacionales.
El gobierno de México ―centro de origen del cultivo tradicional de maíz― está fuertemente censurado. «Contra la opinión de todos los campesinos y la sociedad civil, incluso de muchísimos científicos», autorizó la liberación de maíz transgénico, afectando la base de la economía y cultura de más de 60 pueblos indígenas.
«Los transgénicos, están en manos de seis trasnacionales que cuando no controlan directamente las semillas controlan las patentes», apunta Ribeiro. Una sola de estas empresas, Monsanto, maneja casi el 90% del mercado mundial.
Monsanto representa para la agricultura lo que Bill Gates al software. «Es un monopolio que se repite. Esto significa entregarle las bases de la alimentación, las bases del sustento a una empresa trasnacional».
Ribeiro estará participando de las actividades paralelas que la Red en Defensa del Maíz, la Vía Campesina Región América del Norte y la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales de México preparan en Guadalajara. Entre el 28 de febrero y el 3 de marzo tendrá lugar el encuentro Los transgénicos nos roban el futuro.
«La FAO hace una gran melange y habla de la necesidad de biotecnología, no solamente en la agricultura, habla de la necesidad de biotecnología en la ganadería, en bosques, en peces ―explica Ribeiro―. Nosotros pensamos que todo esto tiene que ser denunciado».
La actividad central que prometen los activistas consiste en la realización de audiencias para integrar un expediente que permita llevar ante tribunales internacionales el caso del maíz transgénico en México.
«Van a haber testimonios y acusaciones de campesinos, indígenas, pero también ponencias de organizaciones científicas, de activistas, de intelectuales y de abogados», cuenta Silvia. Y agrega: «La liberación del maíz se ha hecho bajo una irregularidad legal espantosa y el Gobierno todo el tiempo la obvia como si fuera normal liberar maíz transgénico».
Además, el sometimiento a juicio de los productos transgénicos tendrá su versión popular y campesina. En una plaza pública y con teatro se buscará llamar la atención de la gente y la prensa para difundir en otros países el trabajo que las organizaciones están haciendo.
Sobre la ABCD-10, Ribeiro aclara: «La FAO quiere legitimar con esta conferencia varias cosas. Una es legitimar los grandes cultivos industriales que ya se están haciendo, que son la soya, el maíz, el algodón. Y es terrible».
Una de las implementaciones en materia de biotecnología que se presentarán al mundo como exitosas es la de la soya en Argentina, «uno de los ejemplos que pone la FAO ―advierte Ribeiro―. Esto es terrible porque cualquiera sabe lo que ha significado desde el punto de vista ambiental, desde el punto de vista de la salud».
El argentino es un caso de «reforma agraria invertida» donde los pequeños productores y campesinos son desplazados. En el discurso de la propia FAO, la adopción de los paquetes biotecnológicos serviría para que los agricultores pobres enfrenten la crisis del clima y la alimentación.
«Justamente para enfrentar las crisis climáticas y alimentarias lo que se necesita es fortalecer la agricultura familiar, la agricultura campesina, la diversidad, y que haya diferentes tipos de semillas para que se puedan usar ante cambios violentos del clima», contesta Ribeiro.
Cultivos imperialistas. Mediante fuertes leyes de semillas que protegen a las empresas, los agricultores pierden el derecho, «tan básico como respirar», de guardar sus propias semillas para poder volver a plantar.
«Cuando uno tiene transgénicos en el campo, necesariamente, a través del polen, a través de las semillas, en el procesamiento, en el transporte, van a ir a contaminar los otros cultivos de la misma especie». Una vez transmitidos los genes transgénicos las empresas pueden demandar a los agricultores.
«El contaminar a los otros maíces puede llevar a que los otros maíces se deformen, a que no produzcan, a que se vuelvan estériles», señala la activista.
Con más del 80% de los transgénicos resistentes a un herbicida como el glifosato, y con el desarrollo de otros productos más potentes, los alimentos se exponen a una cantidad 200 veces mayor de residuos químicos que en la agricultura convencional. Ribeiro alerta: «Estamos comiendo muchísimo más veneno, que está asociado a deformaciones embrionarias, que está asociado a cáncer».
Al no poder diferenciar los alimentos por carecer de un correcto etiquetado, y casi por obligación, estamos comiendo transgénicos cual conejillos de indias de las empresas.
La batalla ganada, la legitimidad moral ante las empresas. «¿Usted que prefiere?, ¿comer transgénicos o comer sin transgénicos?», pregunta Ribeiro sin dudar en la respuesta: «Cualquiera, inclusive los empleados de Monsanto y la gente que no sepa exactamente de qué se trata te dicen "sin"».
Corriendo las cortinas. Difusión, trabajo de solidaridad y en redes es lo que la especialista del Grupo ETC cree necesario para denunciar el mundo de los organismos modificados genéticamente (OGM). Si están presentes en nuestros alimentos no es porque sean mejores, produzcan más y sean más sanos. «Si están es porque lo están imponiendo 6 transnacionales y los gobiernos que le hacen el juego».
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Carlos A. Vicente
Acción por la Biodiversidad
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hay que tener encuenta como se ha dialogado, las caracteristicas culturales decada pueblo no se puede permitir que el sistema acabe con esto al contrario debemos darle duro al sistema pero universalmente.no mas FAO oportunista.
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