El fracaso de Copenhague impulsa la rentabilidad de la energía nuclear en 2009
Los mercados no perdonaron el fracaso de la cumbre sobre el cambio climático celebrada el pasado mes de noviembre en la capital danesa y se decantaron por invertir en las empresas que se dedican a la explotación de la energía nuclear. De esta manera, el ETFX WNA Global Nuclear Energy Fund de ETF Securities ofrecía una rentabilidad acumulada del 16,58% en 2009, frente al 8,92% que ofrecía el DAX Global Alternative Energy Fund, otro ETFX de la misma firma, pero especializado en empresas de energías limpias. Como medida del interés inversor por el sector ‘utilities’ o empresas de servicios básicos, un tercer ETFX, el Dow Jones Stoxx 600 Utilities Fund terminó el año con una rentabilidad negativa del 0,68%.
Las principales características de estos tres productos de la misma firma son el índice al que están vinculados. En el caso del Utilities Fund, su índice es el sectorial de servicios básicos del Stoxx 600, en el que se incluyen las mayores compañías eléctricas de Europa. En el caso del WNA Global Nuclear, invierte en empresas dedicadas de alguna forma a la energía nuclear, como la francesa Areva (8% de su cartera), la japonesa Hitachi (5%) o la australiana Paladin (3%) y está indexado al índice WNA Global Nuclear Energy. Por último, el DAX Global Alternative Energy Fund, sigue al índice Dax Global Alternative y cuenta entre sus mayores participaciones actuales con la portuguesa EDP (11%), la danesa Vestas (11%) o la estadounidense Archer-Daniels (10%).
Lo curioso de esta comparación entre iguales es que en el mes de agosto, cuando la cumbre de Copenhague todavía estaba lejos, el ETF de energías alternativas rentaba un 9,5% frente al 4,5% que rentaba su homólogo de energías nucleares, lo que indica claramente ese fuerte trasvase de fondos posterior de una inversión a otra dentro del mismo sector.
Por otro lado, la diferencia de rentabilidad anualizada entre el sector eléctrico global y los sub sectores formados por las eléctricas especializadas, bien en fuentes alternativas, bien en las nucleares, remarca la importancia de la decisión que las economías globales afrontan los próximos años, pues los mercados reflejan que existe una beta de rentabilidad en la apuesta por elegir cuáles serán las energías que alimentarán las economías mundiales los próximos años. De momento, en 2009 y tras el fracaso de la cumbre danesa, los inversores parecen haberse decantado por la energía nuclear ante las fuentes alternativas y clásica.http://www.finanzas.com/
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