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jueves, 29 de septiembre de 2011

BARRICK MAESTRO DE LA COMPRA DE LICENCIA SOCIAL


Respeto por las culturas indígenas: Cómo Barrick está forjando sólidas relaciones con los pueblos indígenas de Norteamérica

SEPTIEMBRE, 2011
Por lo general, los pueblos indígenas tienen lazos históricos y culturales con la tierra. Para liberar el valor de estos recursos en beneficio de todos los involucrados, las compañías mineras deben entender y abordar una gama de desafíos y oportunidades únicas.

Barrick trabaja en forma constructiva con los pueblos indígenas alrededor del mundo. En Norteamérica, aunque los pueblos nativos tienen muchas tradiciones culturales distintas, los desafíos que enfrentan y su alianza con Barrick suele tener similitudes muy particulares.

Alaska
El proyecto Donlin Gold en Alaska es un depósito no explotado de oro, unos 450 kilómetros al noroeste de Anchorage. Barrick tiene 50% de participación en el proyecto, NovaGold es dueño del 50% restante de participación.

Hay unas 70 comunidades distintas cerca del lugar del proyecto Donlin y a lo largo de la ruta de un ducto de gas natural que suministraría energía a la mina. Estas comunidades deben ser abordadas como entidades culturales e indígenas individuales. No todas hablan el mismo idioma. En algunas comunidades, el Yup’ik es el primer idioma y el inglés es el segundo. También hay una fuerte influencia rusa en esta región. La falta de educación, calificaciones laborales y oportunidades puede ser un obstáculo para las personas de esas comunidades que buscan trabajo.

“Cuando se juntan 2 culturas, a veces, una no ve a la otra como verdaderamente es”, dice Mary Sattler, gerente de Desarrollo Comunitario y Sustentabilidad en Donlin Gold. Algo fantástico aquí en Donlin es que a uno no lo perciben como una persona “de la parte alta del río” o “de la parte baja del río”, ortodoxo ruso o moravo, Yup’ik o Athabascan. Formas parte del equipo de Donlin y trabajas juntos. Es muy distinto a cualquier otro lugar en que haya trabajado. En parte eso es tan sorprendente aquí porque se ven a sí mismos como muy distintos a sus vecinos más cercanos, en Donlin ellos se ven a sí mismos como parte del mismo equipo”.

Sattler fue miembro del partido demócrata en la Cámara de Diputados de Alaska durante 10 años, entre 1999 y 2009, en representación de las comunidades centradas en los alrededores de Bethel, Alaska, donde se encuentra Donlin Gold. Además, ella es Yup’ik, y su procedencia le ha dado una perspectiva única respecto a las personas con las que trabaja actualmente como parte del proyecto de la mina.

“Los últimos 16 años ha sido una gran experiencia de aprendizaje para todos nosotros,” explica. “En esencia, trabajar con el proyecto de la mina es una forma de que las familias se reúnan más. Creemos que la generosidad es el mejor valor, no la acumulación de bienes. Un trabajo estable permite a las personas compartir con su familia y su comunidad. Nuestro sentido de comunidad es muy fuerte”.

Hacer extensivo ese sentido de comunidad al campamento Donlin tomó años, y el ensayo y error llevó a apreciar de manera distinta la forma en que se veían Barrick y sus comunidades anfitrionas. Con el tiempo, hubo pequeños cambios que arrojaron grandes dividendos. La familia es decisiva, por lo tanto las fotos de parientes están en todas partes en las casas de los empleados. Actualmente, en el campamento Donlin se muestran fotos de los empleados y personas que participan en visitas y, a la vez, ven esto como una extensión de su propio hogar.

Sin embargo, al principio, no fue así. Los gerentes quedaban perplejos y contrariados cuando sus empleados no hacían contacto visual y no respondían preguntas sobre los procesos o los problemas. Sin embargo, en la cultura Yup’ik y Athabaskan, mirar hacia abajo es señal de respeto. Y hay que evitar las confrontaciones. Los niños aprenden de sus ancianos a hacer cosas modelando conductas, y no haciendo preguntas, lo que se puede considerar una falta de respeto para la autoridad de los ancianos. Este tipo de malos entendidos contribuyó a una tasa de rotación de personal de hasta un 318% a mediados de los años 90.

Los turnos se ajustaron de 20 días de trabajo x 10 días libres a turnos de 2 semanas de trabajo x 2 semanas libres, con una jornada de 12 horas diarias. Para construir confianza, se contrataron 2 personas locales, nativas de Alaska, como coordinadores del programa. Se hizo capacitación en sensibilidad cultural tanto a las personas nativas de Alaska como a los empleados no nativos.

“En esta cultura, años y años de pobreza han causado estragos en el orgullo y la juventud está muy afectada”, comenta Bill Bieber, gerente de Operaciones de Donlin Gold. Lidiar con el abuso de sustancias puede ser un problema crítico en las comunidades nativas. Como parte del plan de acción, hay un consejero en la faena que ayuda a los empleados a abordar el stress familiar, los problemas de abuso de sustancias y a enseñar habilidades como planificar.

“La cultura nativa pesa mucho en el momento. Las personas no tienen tendencia a planificar porque se centran en lo que van a lograr ese día. Entonces, cuando llegan a un turno de 2 semanas, es posible que no hayan planificado la comida y los suministros en casa. Vamos a trabajar con los empleados para ayudarlos a administrar un ambiente estructurado de trabajo y a organizar las responsabilidades con la casa en una forma nueva para ellos”, destaca Bieber.


Ontario
Ese principio también está en evidencia en el proyecto Hemlo de Barrick, una mina subterránea y a tajo abierto, ubicada unos 350 kilómetros al este de Thunder Bay, Ontario. Algunos de los mismos problemas que se enfrentan en el proyecto Donlin Gold, se presentan también aquí, lo referente a los desafíos educacionales y el abuso de sustancias.

Barrick está trabajando con bandas de Pueblos Originarios locales en el área de los alrededores de Hemlo para construir y mantener una relación positiva. Parte importante de eso está ayudando a preservar elementos importantes de la cultura nativa, como las observaciones de los ancianos sobre el uso histórico de la tierra y el mapeo. “Eso evita que se pierda esta importante información”, dice Roger Souckey, superintendente de Relaciones con los Empleados de Hemlo.

Es decisivo focalizarse en la educación y en el desarrollo de habilidades. Un informe divulgado a principios del 2011 por el Consejo de Recursos Humanos de la Industria Minera Canadiense (MIHRC, en inglés) estima que tan sólo la industria minera canadiense necesitará contratar unos 100.000 trabajadores en el 2020, tanto como personal nuevo y de reemplazo. Recientemente, Barrick participó en un innovador programa piloto de habilidades llamado Mining Essentials, que se ofreció en alianza con el Servicio de Empleo y Capacitación Anishinabek, el Asamblea de Pueblos Originarios, el MIHRC, los Ojibways del Pueblo Originario Pic Mober y el College de la Confederación. El programa de 12 semanas, que empezó en noviembre del 2010, ofreció una amplia visión general de las habilidades no esenciales que se necesitan para la minería, la preparación de los graduados para entrar a trabajar en la minería en un nivel inicial. Cuando se lanzó el programa, el Jefe Nacional Shawn Atleo comentó: “Los pueblos originarios apoyan a las operaciones mineras responsables con el medio ambiente que dan empleo a sus Pueblos –directa o indirectamente– como una forma de crear comunidades sanas, y sustentables en lo económico. Necesitamos capacitación específica para los pueblos originarios como esta para dar seguridad a todos los pueblos, incluyendo los Inuit y los Métis, de que recibirán las competencias necesarias para ingresar a la fuerza laboral”. Barrick ofreció capacitación de 4 semanas en terreno, rotando a los estudiantes por cada área de las operaciones. Algunos de los participantes en el programa ya encontraron trabajo en la industria minera.

“Esto es más avance en un acuerdo que instauramos para dar capacitación en habilidades y empleo a los Pueblos Originarios”, destaca Souckey. También está vinculado a la base de datos de habilidades que apoya Barrick. La base de datos identifica oportunidades potenciales de negocios para los Pueblos Originarios con Barrick, y también reúne información sobre el conjunto actual de habilidades e intereses.

“De esta forma, si vemos una oportunidad de trabajo o de negocio, sabemos dónde focalizar la capacitación o enviar una solicitud”, dice Souckey. “Esto también nos ayuda a identificar barreras, como no tener licencia para conducir, o brechas en la educación”.

Hay otro aspecto además de la sensibilidad cultural, y es asegurarse de que los contratistas que trabajan en Barrick sean conscientes y respetuosos de las costumbres y la cultural local.

Nevada
Desde el 2005, en las reuniones trimestrales con líderes de las tribus y representantes de la comunidad han participado gerentes senior de la compañía, que incluyen al presidente de la Región Barrick Norteamérica, que ha asistido a todas las reuniones desde el 2006. Todos los Shoshone del Oeste son bienvenidos en estas reuniones. En las comunidades tribales, la condición de anfitrión de la reunión se turna y cada agenda se desarrolla en colaboración con los representantes de Barrick.

Como resultado de este constructivo compromiso, en el 2008, se firmó un Acuerdo de Colaboración entre Barrick y 4 tribus Shoshone del Oeste. El acuerdo ha permitido más oportunidades de reclutamiento y empleo para las empresas que son propiedad de Shoshones del Oeste. El acuerdo también creó el Fondo para el Legado Educacional de los Shoshone del Oeste, que en la actualidad está avaluado en más $1 millón de dólares y ha dado más de 300 becas para universidades y vocacionales para estudiantes Shoshone de todas las edades. En el 2010, se entregaron más de 100 becas. El Fondo del Legado ha pagado $489.000 a la fecha y seguirá aumentando para servir a las generaciones futuras.

“El desafío número 1 es la comunicación”, comenta Louis Schack, director de Comunicaciones y Asuntos Comunitarios de Barrick Norteamérica. “Estamos tratando con una población pequeña de unas 7.000 personas ubicadas en áreas muy remotas, donde no hay mucha infraestructura. Muchos tienen recursos financieros muy limitados y tienen que viajar distancias largas desde su casa a la mina”. También hubo que tomar en cuenta las diferencias culturales, señala.

Barrick ha hecho contribuciones a los servicios sociales locales, que incluyen $190.000 dólares para completar un costo total estimado de $270.000 dólares que se necesitaban para construir el Centro de Ancianos Ely Shoshone, que se abrió el verano pasado, y también para iniciativas de más envergadura como preservar la lengua Shoshone.


En el 2009, se contrató a una consultora Shoshone del Oeste para que reclutara empleados potenciales en las comunidades Shoshone remotas, y que diera tutoría para llenar la solicitud de empleo, capacitación en entrevistas y explicara claramente las expectativas de empleo en Barrick. A través de este programa, se garantizó una entrevista de empleo con Barrick a todos los que se identificaran como nativos norteamericanos.

En el 2010, Barrick formó un Grupo Asesor Cultural Shoshone del Oeste (WSSCAG, en inglés) para que hiciera aportes en las primeras etapas de los proyectos y las operaciones mineras. El Grupo Asesor está formado por ancianos y miembros de varias tribus de Shoshone del Oeste y se reúne todos los meses. Este grupo proporciona un foro adicional para el entendimiento compartido entre Barrick y los Shoshone del Oeste.

British Columbia
El apoyo a los pueblos indígenas continúa, a menudo, después del cierre de una mina. Por ejemplo, casi el 38% de los empleados al cierre y de los contratistas de largo plazo de la ex mina Eskay Creek en la parte norte de Columbia Británica (Canadá) son miembros de Pueblos Originarios. Mientras la mina estuvo operativa, el 34% de los empleados eran miembros de Pueblos Originarios. Barrick también ha seguido apoyando a los pueblos indígenas locales cerca de la mina con una donación de $500.000 dólares al Centro Comunitario Iskut en el 2011.

Lo que tienen en común todos los proyectos con los pueblos indígenas es el compromiso a escuchar y a aprender. Retomando el tema de Donlin Gold, Sattler explica: “Visitamos muchas localidades en los últimos 3 años y le pedimos a la tribu que fuera co-anfitrión de las reuniones. No le estamos pidiendo apoyo esta vez. Sólo estamos escuchando sus consultas y entregando las mejores respuestas que podemos. Nuestro compromiso es estimular un compromiso constructivo y mantener abiertos los canales de comunicación, y continuará así a medida que avanzamos hacia la gestión de permisos, la construcción y la operación”.

Ella agrega: “La minería moderna es distinta a lo que conocemos. Involucra permisos, una forma proscrita de hacer cosas, un plan de mitigación y planes de remediación. Después de escucharnos, las personas se sienten más cómodas con lo que estamos tratando de hacer. Y ellos también saben que toda la información en nuestros permisos está disponible al público y que tienen acceso a las entidades fiscalizadoras con las que trabajamos. Por tanto, hay más confianza en que se trata de un proceso transparente y de que ellos aportan. Y que sus inquietudes serán escuchadas y sus consultas serán respondidas”.

Ella señala otra razón importante por la que las comunidades nativas quieren trabajar con las compañías mineras locales. “Aquí hay una combinación dinero/subsistencia. Se necesita dinero para cosas como el gas, las redes, las armas, las municiones y otras herramientas que hay que tener para cosechar en lugares silvestres. Se necesita una economía que subsidie el sistema de vida de subsistencia”. Ella también esboza la decisiva diferencia entre un mejor estándar de vida y una mejor calidad de vida. “Los gobiernos estatales y federales ayudan a traer infraestructura a una comunidad. Acá, las personas tienen una ética del trabajo sorprendente y entienden que no pueden mejorar su calidad de vida sin una sobriedad y seguridad económica continuas. Entienden y aprecian la necesidad del motor económico del sector privado”.

Construir una verdadera sensación de comunidad es una iniciativa de largo plazo. “Nos damos cuenta de que tenemos mucho que aprender de anfitriones y vecinos nativos, como ellos de nosotros también”, dice Bieber. “Ese respeto mutuo es lo que hace que esto sea tan recompensante”.
http://www.barricksinfronteras.com/2011/09/respeto-por-las-culturas-indigenas-como-barrick-esta-forjando-solidas-relaciones-con-los-pueblos-indigenas-de-norteamerica/

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