Los insurgentes libios solicitan a los Gobiernos que han reconocido el Consejo Nacional de Transición la concesión de armas y pertrechos para combatir las tropas de Gaddafi. Se planea debatir esta cuestión hoy día en Doha, Qatar, durante el encuentro del Grupo de Contacto sobre Libia entre los representantes europeos, estadounidenses y de países árabes.
Al mismo tiempo, expertos internacionales aseguran que el apoyo militar de la OTAN en forma de bombardeos puede causar muchos problemas de salud a la población de Libia.
A pesar de que la alianza occidental niega el uso de uranio empobrecido durante los bombardeos en el país, otras fuentes aseguran que la posibilidad de utilización del elemento radiactivo, extremadamente tóxico, es muy alta.
Según Melissa Sterry, experta estadounidense en uranio empobrecido y veterana de la Guerra de Golfo, existe gran posibilidad de que daños causados por los bombardeos en Libia hayan sido provocados por proyectiles de uranio empobrecido. “Estoy convencida de que entre un 80 y un 90% de los proyectiles lanzados eran de este tipo. La manera en que sopla el viento evidencia la presencia de las partículas, así que todos los que están alrededor están expuestos a la radiación”, añade la experta.
Durante la primera Guerra del Golfo, a principios de la década de 1990, las fuerzas norteamericanas arrojaron más de 350 toneladas de uranio empobrecido sobre Kuwait e Irak. El uranio empobrecido en términos militares es un remedio muy efectivo, bastante barato y capaz de destruir armamento muy pesado.
Las partículas más pequeñas de uranio son las más peligrosas. Una vez inhaladas, estas penetran en la sangre y pueden afectar a cualquier órgano de la persona. En cuanto el componente tóxico se infiltra en el tejido celular, la persona sufre toda una serie de mutaciones génicas. En Irak se respira el aire contaminado cada día. Y según los expertos, no hay remedio para combatir esta situación. En una ciudad iraquí donde las tropas estadounidenses dispararon miles de proyectiles con uranio empobrecido, la cuarta parte de los niños nacen con deformaciones muy graves.
Las consecuencias del pasado se pueden observar ahora en los niveles de cáncer y leucemia, que superan en varias veces los índices normales entre los ciudadanos locales.
El uranio empobrecido tiene un ciclo de existencia 4.500 millones de años. Y no hay ningún medio de descontaminación de las áreas afectadas. En definitiva, es un arma invisible que nunca deja de matar.
Mientras tanto EE. UU., Reino Unido, Francia e Israel rechazan confirmar el acuerdo de la Comisión de los Derechos Humanos de la ONU sobre la prohibición del uso del elemento radiactivo.
Otro experto sobre uranio empobrecido, Doug Rokke, especialista en la eliminación de las consecuencias de la Guerra del Golfo, declara que su equipo ha recibido una total confirmación de parte de médicos sobre su contaminación en Irak, Kuwait, Afganistán, Somalia, Arabia Saudita y Balcanes. Pero recibió un memorando escrito que le obligaba a mentir sobre los efectos de las municiones con uranio empobrecido. Él mismo fue vulnerable al elemento tóxico y por lo tanto tiene cáncer. Casi todos los miembros de su equipo ahora están muertos. “Ahora vemos que también está presente en Libia, observamos todas las indicaciones”, añade el experto.
Christopher Busby, científico británico, autor de “Cancer, infant mortality and birth-sex ratio in Fallujah, Iraq 2005-2006” y director de Green Audit, nota: “Si estos casos tienen lugar en aldeas remotas de Libia, creo que no será notado, porque nadie se enterará de esto, y si la gente empieza a cuestionarse por qué las personas mueren allí de cáncer y otras enfermedades, creo que nadie les prestará atención”.
http://actualidad.rt.com/
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